El Tarot es un compendio de sabiduría, en él los arcanos llamados Mayores representan las emociones, vivencias mundanas que cada uno de nosotros experimentamos en nuestras vidas. El tarot más antiguo del cual tenemos constancia es del año 1940 encargado por el Duque de Milán en pleno Renacimiento a mediados del siglo XV. En aquel entonces ya los Reyes y su corte, se dieron cuenta de que el Tarot podía predecir y explicar situaciones sin necesidad de que estuvieran pasando en ese momento como vivencias. A lo largo de la historia, ha seguido siendo así.
El Tarot se compone de Arcanos Mayores y los Menores. Los Arcanos Mayores explican arquetipos, modelos o patrones de lo que representa la sociedad. El Loco, El Mago, La Papisa por ejemplo representan unos estereotipos o características, a veces positivas, a veces negativas y nos ayudan a confeccionar las lecturas. Los Arcanos Menores son más concretos y se refieren a ámbitos como el hacer, el pensar, tener y sentir, siempre como base los arcanos mayores. Todas las cartas del Tarot están plagadas de símbolos que también tenemos que conectar cuando hacemos una tirada y si los sabemos interpretar enriquecen muchísimo la información cuando un consultante necesita detalles o señales para elegir el camino correcto. Muy importante también es la Numerología que nos dice si una tirada es armoniosa la situación y va en crescendo o si no hay correlación la cuestión preguntada puede empeorar o estancarse.